La geometría de la maceta es prácticamente un cubo. En su base dispone de una serie de agujeros amplios para drenaje
y absorción de agua. Y las esquinas están reforzadas y levantadas del suelo cerca de un centímetro, lo que permite
la aireación del sustrato y el riego por inundación.
A la vista, resulta una maceta de constitución ancha y aplanada. Lo que la convierte en una maceta ideal para
cultivar variedades auto florecientes que necesitan espacio radicular para desarrollarse más ramificadas y con
volumen. También resultan ideales para el mantenimiento de madres, ya que estas también necesitan de amplitud en la
zona de raíces, para inducir su desarrollo a lo ancho y a lo alto.
Cuando se colocan una junta a otra con sus paredes unidas sin dejar espacio entre sus anchos bordes, se configura
una red, en forma de cuadrícula, cuyos lados suman 4 centímetros de anchura. Esto permite acceder a cualquier punto
de la red pisando por encima de estos bordes dobles. Se economiza el espacio y se facilita el riego por inundación,
ya que la base de las bandejas de riego es aprovechada hasta el último cm2.
Para llevar a cabo esta acción de riego, recomendamos incorporar a las macetas una buena capa de arlita en el fondo.
La arlita es un material ligero y poroso que va a contribuir notablemente a mantener el sustrato aireado y no
acumular humedades tras cada riego.
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